Una vinificación fuera de lo común donde Daniel Ramos pone a prueba este blanco 100% de variedad Jaén, procedente de dos fincas de Sotillo de la Adrada y tipo Orange por su aspecto oxidativo y nariz asidrada debido a que los racimos se seleccionan, despabila y estrujen, fermentando cada finca por separado con levaduras autóctonas con una maceración de 17 dias.
De octubre a febrero el vino se mantiene con sus lías en depósitos de acero inoxidable y una barrica de roble francés; llegado el mes de febrero se hace el coupage.
Máxima fruta y mínima estandarización, uno de esos vinos para romper moldes, que puedes acompañar con quesos para disfrutarlo.
Puedes conocer también a su hermano el Berrakin tinto.
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